Dosis de radiación:
Puesto que para la determinación de los efectos biológicos producidos por la
radiación ha de cuantificarse la cantidad o dosis recibida en el órgano u órganos
afectados, se definen las magnitudes apropiadas según se resume en la Tabla I.
En ella se observa que la Dosis Absorbida sería una medida de la energía
depositada por unidad de masa, siendo utilizada generalmente cuando se estudian los
efectos sobre un tejido u órgano individual, mientras que la Dosis Equivalente considera
ya el tipo de radiaciones y su potencial daño biológico, por lo que constituye un mejor
índice de la toxicidad de las radiaciones. Las unidades de medida correspondientes, el
Gray (Gy) y el Sievert (Sv), resultan ser muy elevadas para su utilización práctica, por lo
que se emplean mucho más sus submúltiplos el miliGray (mGy) y el miliSievert (mSv),
que son la milésima parte de la unidad original.
En la Dosis Efectiva se tiene, además, una medida del riesgo de desarrollo de
cánceres o daños hereditarios, en la que se asigna un peso diferente a la dosis
equivalente recibida por cada órgano, según el riesgo asociado a su irradiación. Con ello,
éste resulta ser el índice de toxicidad más completo, especialmente si se realiza el
cálculo de la dosis recibida en el organismo desde el momento de la ingestión o
inhalación de productos radiactivos hasta su completa eliminación. Esta medida la ofrece
la Dosis Efectiva Comprometida, que será el índice empleado con carácter más general.
Finalmente, un concepto muy utilizado es el de la llamada Dosis Colectiva, que
será la suma de las dosis (generalmente se aplica a la dosis efectiva) recibidas por un
colectivo de población que esté expuesta a una misma fuente de radiación. Con la dosis
colectiva se pueden establecer comparaciones útiles con respecto al impacto producido
por las distintas fuentes de cara a su optimación.
Se pueden indicar valores de referencia que ayuden a comprender mejor la
trascendencia de un determinado valor de dosis, lo que se presenta en la tabla II. Se
observa que, frente a la dosis que podría suponer efectos letales de recibirse de forma
rápida, la dosis recibida al año por término medio entre la población de España, sumando
todas las contribuciones naturales y artificiales está a una distancia inferior en más de mil
veces. El origen de esta exposición continuada a las radiaciones ionizantes se comenta
seguidamente.
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